Los prejuicios de la medicina estética que están desapareciendo
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Adiós tabúes y vergüenza ante la opción que nos ofrece la medicina estética para encontrar nuestra mejor versión.
Algo que nos cuida y nos hace sentir bien no debería ocultarse ni ser un tabú: con esta filosofía, se reivindica el derecho a sumarnos a la medicina estética sin etiquetas ni prejuicios. Desterrar conceptos como “mira qué de retoques se ha hecho fulanita”, “o esos labios no son suyos”, que siguen a pie de calle. Porque la sociedad ha avanzado mucho, sí.
Y reconocer que acudimos a una clínica especializada en medicina estética ya no es pecado capital como hace unos años, pero nos sigue dando cierto pudor, a pesar de que 4 de cada 10 españoles recurren a tratamientos mínimamente invasivos a partir de los 26 años según la SEME (Sociedad Española de Medicina Estética).
En vez de reparar, prevenir
Ocurre menos en las nuevas generaciones, que entienden la importancia de la prevención por encima de la reparación. Si no corregimos los primeros signos de la edad a tiempo, cuando queramos hacerlo puede que sea tarde.
Hemos pasado del concepto antiaging al proaging, no querrás verte más joven, sino sentirte bien en tu propia piel. Luchar contra el paso del tiempo a aliarnos con él y buscar nuestra mejor versión, lejos del término transformación. La belleza empieza por asumir los años de nuestra propia piel.
De la misma manera que hemos asistido a grandes cambios a nivel mundial en los últimos tiempos y nos hemos adaptado, esta actitud está presente en cualquier movimiento que quiera acabar con estereotipos. Y en la estética los sigue habiendo.
Además, la medicina estética se adapta a cada momento vital (no somos iguales ni tenemos las mismas necesidades a los 20 que a los 40).
Defendemos una belleza natural, libre de vergüenza y sin artificios, que son los que han hecho daño a la imagen del sector, ya que normalmente se habla de los malos resultados de alguien porque son más evidentes, pero no de los buenos, y, sin embargo, son los más habituales.
A cada edad, su tratamiento
En términos generales, si queremos centrarnos en cuidados faciales, corporales y capilares, el perfil del consumidor se sitúa en torno a los 28-32 años, y entre 35-39 años para tratamientos de prevención antiaging. Pero ¿cuáles son las opciones más indicadas según la década en la que te encuentras?
Entre los 20 y los 30 años
Los cuidados favoritos en este sector de la población son la eliminación de manchas, la fotodepilación y las opciones capilares, las prioridades en estos casos se centran en “mejorar la calidad de la piel y en minimizar las marcas de acné”. Así, la revitalización facial y el aumento de labios con ácido hialurónico son dos de sus opciones favoritas.
Revitalización facial
Con la primera lo que se busca es devolver la luminosidad al cutis y, aunque existen muchas opciones para lograr ese objetivo, el recomendado para conseguirlo a través de su protocolo con microinyecciones que contienen un cóctel de vitaminas, oligoelementos, aminoácidos y ácido hialurónico con el fin de minimizar los efectos que el estrés y la deshidratación dejan sobre la tez. Su consejo es realizar 3-4 sesiones espaciadas por un par de semanas, dos veces al año. Lo mejor es que se puede combinar con otros cuidados como la terapia fotobiodinámica con luz led.
Sonrisa
Con la misión de equilibrar las facciones, el aumento de labios con ácido hialurónico es un éxito. Entre sus ventajas destaca que es un procedimiento rápido y aporta un efecto muy natural. Pero en Aluma Medical Art hemos ido más allá y proponemos diferentes protocolos específicos para esta zona que permiten valorar al detalle todas las variables (grosor, perfilado, exposición de los dientes al sonreír…). ¿Su fin? Obtener la posición correcta, el perfilado, la simetría y el volumen precisos de los labios según la estructura facial.
Los volúmenes aún no están en la lista de preocupaciones, pero sí la textura desigual de la tez. Eso tiene una relación directa con la calidad de la dermis, por lo que los tratamientos más solicitados son las infiltraciones de ácido hialurónico y la tendencia de cuidados neuromoduladores. Las virtudes del ácido hialurónico (retiene el agua y, por lo tanto, la piel se muestra más jugosa), pero lo último es asociarlo con otros componentes que también se encuentran en el cuerpo, consiguiendo una hidratación a todos los niveles de la piel, reteniendo el agua, aportando luminosidad, reduciendo los efectos del cansancio, optimizando la síntesis de colágeno y elastina (culpables de la elasticidad y la firmeza), y mejora el tono, reduciendo las rojeces.
En la treintena
El concepto neuromoduladores es la consecuencia de una nueva tendencia: prevenir las arrugas. Por ello, se aplica de una forma supernatural, aún más suave y sin restar expresividad. Se trata de infiltraciones en concentraciones muy bajas que se realizan en puntos estratégicos con las que se consigue “educar el gesto, fruncir menos y, por tanto, minimizar las marcas futuras.
Desde los cuarenta hasta los sesenta
Es la época dorada de los tratamientos faciales, los cuales se centran en eliminar manchas, combatir la flacidez o cerrar poros para sentirse mejor. Y tanto los inductores de colágeno como los hilos tensores son de los más solicitados. La hidroxiapatita cálcica funciona pues está compuesta de un material biocompatible idéntico a la parte mineral de huesos y dientes, que se infiltra y produce colágeno y elastina nuevos a partir de los dos meses con un resultado natural. Utilizándolo, en el tercio inferior del rostro y el cuello, zonas reveladoras del paso del tiempo y de la pérdida de firmeza.
Respecto a los hilos tensores, hay muchos tipos pero que no todos son iguales ni tampoco actúan del mismo modo. Nuestra apuesta son los Silhouette Soft, formados por ácido poliláctico y con conos reabsorbibles que se anclan en los tejidos y generan nuevo colágeno alrededor. De este modo, tras dos meses de aplicación, se empiezan a crear nuevas fibras que aportan más firmeza y elasticidad con unos efectos de hasta dos años.
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